Wednesday, November 12, 2008

A contra tiempo

Se nos acaba el tiempo, amor
y es que ya casi amanece.
Las horas se nos evaporan en las manos.
Los minutos nos miran altivos y arrogantes

y nos retan.
Nos retan a perseguirlos y atraparlos
antes de que se escapen,
nos retan a dejar de ser cobardes mientras podemos

o quizás no nos retan a nada
(qué les importamos tú y yo a ellos:
minutos indiferentes,
sólidos e impenetrables,
fríos y tan ausentes)

casi tan ausentes como nosotros
cuando en silencio
viajamos a la tierra donde habitan
nuestras palabras cautivas.

En un silencio contenido desviamos la mirada
y jugamos a los desconocidos, a los extraños.
Estamos jugando con fuego.

Se nos acaba el tiempo, amor
y no decimos nada.

Tal vez un día volvamos a vernos.