De comienzos
Todo empezó
con esperar unos zapatos de charol negro
que aparecían debajo de la puerta a las seis de la tarde
vinieron después
unos brazos condescendientes y amorosos
una espalda que no se cansó de sostenerme
unos hombros que me tienen aún
aunque ya no sea una niña y pese tanto
vino también un abrazo
y el contacto de unas manos
que jamás se han enfriado
ni podrán enfriarlas las angustias ni los años
II.
Ahora son estos ojos en el espejo
en los que veo los tuyos
Ahora es esta piel oscura
que se te parece tanto
Ahora es mi memoria que falla un poco
(no como la tuya)
recordando el momento en que todo empezó
pero tal vez
el comienzo no termina nunca
pues mis manos serán siempre más pequeñas
y las tuyas más cálidas
hasta el final del tiempo
porque el tiempo
no es una línea que avanza y desaparece
es un círculo amplio
que hemos ido trazando juntos
desde que todo empezó
Dibujémolo otra vez
a cuatro manos
inventémonos que empieza todavía