No has notado todavía
que tu cuerpo te queda grande
Vives muy feliz con tus dos metros
Te regocijas en tus zancadas
y en poder tocar los techos sin esfuerzo
Dejas por ahí tus zapatos
como skis
para que al encontrarlos yo no olvide
que tienes los pies enormes
Y al apretarme la mano
la miras con ternura como si fuera un juguete curioso
Habrás de pensar que parece de mentiras
que mi mano junto a la tuya es un pedazo de nada
Y me levantas cada vez que puedes
me elevas en el aire
como si fuera una pluma
y me llevas el morral porque a ti no te pesa
No hace falta
Ya sé que tus brazos fuertes
podrían sostenernos para siempre
(a mí y a tantas cargas que van sobre mi espalda)
y no se cansarían
Lo que no sabes es
que soy yo quien te sostiene
porque eres un niño con cuerpo de gigante
porque a tus ojos el mundo
es un lugar extraño
y yo te lo muestro:
te llevo de la mano diciendo
“He aquí la vida
He aquí el amor
He aquí esto y aquello
No olvides que así se quiere”
Y puede que siga haciéndolo
pero cómo pesa
(y dices que eres tú el que lleva cargas)
cómo cansa
amar a un niño que juega
como otros
pero no a ser bombero ni pirata
a ser hombre