Sin acosos
No puedes forzar al azar
aunque lo llames insistentemente
aunque pretendas convencerlo a punta de cansancio
aunque decidas perseguirlo sin tregua
aunque ya no vuelvas a rendirte
no puedes persuadir a la suerte
pues ella no trabaja para nadie
II.
si la olvidas
en cambio
tal vez regrese un día
trayendo en las manos un regalo insospechado
un giro del destino en moño rojo
tal vez venga a remediar tus pérdidas
como quien viene a reparar jarrones rotos