Guerreras caídas
Hoy descubrí que más vale
nunca escribirte los jueves
los jueves estás más lejos
y lees mis cartas apenas
y te haces casi un extraño
los jueves mis palabras
te resultan ajenas
y yo esmerándome en cada una
vistiéndolas minuciosamente
para que vayan a buscarte
en sus mejores galas
y tú las recibes así
como forasteras
y ellas que creían
estar volviendo a casa
se quedan entonces perdidas
extraviadas a medio paso
entre mi voz y la tuya
entre la tarde y el alba
en un camino anudado
arreglándose los peinados
que ya les pesan
maldiciendo esos zapatos
llorando sus pies trajinados
con unas ojeras enormes
van errando mis palabras
con el maquillaje corrido
y los ojos entrecerrados
ya no ven
que en vez de puertas has levantado paredes
y buscan la puerta a tientas
tocando tus muros lisos
sin encontrar ni una sola cerradura
tropezándose unas con otras
pisándose los vestidos
se van cayendo al suelo
y cómo levantarlas
cuando se quedan dormidas
entre mi noche y la tuya
el cansancio las vence
una por una
pierden la batalla
ya sus cuerpos
no pueden insistirte
el dolor las deja inmóviles
justo en ese umbral
donde no es jueves ni viernes
se dan todas a la vez por derrotadas
deciden esconderse de tu falta
correr lejos de ti
aunque ya no amanezca
y se rinden entonces
mis guerreras caídas