Monday, June 18, 2007

Están todos invitadísimos al lanzamiento de mi libro de poemas, Preguntas para el azar. Presenta Federico Díaz-Granados.

Miércoles 20 de junio 7:00 pm. Casa de poesía silva: callle 14#3-41. Entrada libre.

Saturday, June 16, 2007

Camina
Camina. Camina hacia delante y no olvides nunca que todo pasa y todo llega. Recuerda que mientras no te rindas llegará el momento en que el tiempo empiece a trabajar de tu lado, en que ya no quieras contar las horas para que corran sino estancarlas, pedirles que te dejen exprimir cada segundo, cada posibilidad que guardan. Ya vendrá el momento en que persigas tus horas en vez de que ellas te persigan a ti.

Después de tanto caminar, llegarás a un punto en el que el camino se haga más ancho y menos tortuoso, en el que no tengas que mirar al suelo para evitar caerte sino que puedas disfrutar una vista de árboles y pájaros bajo la luz del atardecer. Ese día levantarás los ojos con admiración hacia la belleza que te rodea, hacia la placidez y plenitud que contiene el aire que respiras. Ese día entenderás que toda tu existencia, que todos y cada uno de los días que has vivido no eran más que una cadena de contribuciones para que llegara este momento, para que todos los caminos del mundo se cruzaran solo para que tú los recorrieras todos al tiempo y a la vez no recorrieras ninguno.

Ese día también entenderás que todas las etapas por las que has pasado, todos los obstáculos que has tenido que saltar y los problemas que has enfrentado, lo que has sufrido, lo que has aprendido, lo que has evolucionado, lo que has cambiado hasta el punto de no reconocerte en el espejo era simplemente el proceso que tenías que atravesar para convertirte en la persona que eres ahora: una persona fuerte y valiente, una persona sensible pero no tonta, que se esfuerza cada día por ver lo importante y que ahora sí está lista para aprender. En realidad, el camino empieza aquí.

Ese día ya llegó. Es hoy.

Wednesday, June 13, 2007


Café del Sol

Entro a Café del Sol y no quisiera volver a salir nunca,
Quisiera quedarme sola con mis nostalgias,
A la luz de las velas,
Acogida por la penumbra,
Al calor de la música
Que me recuerda mis historias y las historias que he inventado,
Al calor de los sueños que soñé
Y también de los cuentos que alguna vez me contaron.

Quisiera quedarme aquí,
Protegida por la certeza de no ser nadie,
De poder sentarme a tomar un café
Y leer para escaparme,
Y no responder preguntas
Y no oír voces conocidas
Y saber que nadie sabe dónde estoy
y que tampoco van a buscarme.

Nada como la certeza de haber escapado del mundo por un rato,
De haber escapado de lo que tengo que ser,
De las cosas que debo decir o lo que debo pensar,
De las conversaciones monótonas,
De las preguntas y respuestas predecibles,
De las ganas de salir corriendo para no regresar,
De mí misma.

Nada me tranquiliza tanto como dejar de ser María
Y ser una niña cualquiera que sale de un recital de poesía y tango,
Cruza la calle,
Entra a Café del Sol
Y pide un capuccino
Que se toma despacio
Mientras lee un libro viejo de algún escritor cubano,
Levanta los ojos de vez en cuando
Para tomar otro sorbo,
Mirar hacia todos lados y hacia ninguna parte,
Observar las botellas
Cuidadosamente acomodadas en un estante bajo la luz roja,
Mirar después el letrero de Café del Sol,
Volver los ojos al capuccino
Para que desemboquen en el libro otra vez.

Quisiera que Café del Sol se volviera mi universo,
Quisiera que el mundo entero se redijera a un espacio alargado,
No más de cuatro metros cuadrados y un pasillo,
Cinco mesas acomodadas al azar,
Una vela en cada una,
Unos espejos sin propósito aparente,
Varias botellas repartidas en las paredes,
Y algunas personas conversando en las mesas,
Otras con los ojos fijos más allá del horizonte,
Otras ojeando libros o escribiendo cartas,
Otras tarareando la música de fondo.

¿Por qué había de necesitar el mundo algo más que eso?
¿Para qué aumentar las posibilidades cuando en éste café está el número perfecto?
Son muchas pero no demasiadas para dejar entrar el miedo.
Son suficientes para sentirme libre
Pero no tantas para sentirme atrapada al descubrir que todo es posible
Pero yo no elijo nada.

Cada vez que entro a Café del Sol,
Tengo el impulso de quedarme ahí para siempre.
Siento que el tiempo no corre,
Que cada instante es eterno,
Que no hay motivos para apurarse
Y todo fluye.

Entonces algo de Café del Sol y miro el reloj.
He estado ahí veinte minutos.
Pero ya nací otra vez.
Ya puedo volver a ser yo.
Ya puedo volver a vivir después de haberme abandonado un rato
Mientras una niña desconocida se tomaba un café.