En casa
A veces el amor llega despacio
sin hacer ruido
sin anunciarse demasiado
Entra por la puerta de atrás
se va instalando
es un huésped invisible
que hasta lava sus platos
A veces el amor llega despacio
y no sabemos cuándo entró
ni por qué se quedó
ni cómo hizo para ocuparnos
sólo sabemos que un día
ya no funcionan las llaves
y no queda más remedio
que golpear
discretamente
cruzar el umbral en puntillas
sin reconocer ni la alfombra de la entrada
cerrar la puerta tras de sí
sin saber si volveremos a salir
sintiéndonos hondamente ajenos
aunque nunca estuvimos tan en casa