Monday, December 25, 2006

Este es un cadaver exquisito que hicimos Andrés, Juli y yo.

Cadaver exquisito

Al calor del vino los que se han olvidado se reconocen entre sí.
Al final, sólo existían los ojos, las miradas que se volvían una sola y difuminaban los límites hasta que eran irrelevantes.
Entonces, cuando los relámpagos empezaban a bailar en el telón de fondo de mi ventana supe que esto no es más que una cueva oscura, y que las estrellas y la luz son sólo trazos de algo desconocido que nos está prohibido.

Saturday, December 23, 2006

Una noche de resistencia a los suspiros

Por qué no logro apagar mi mente
en esta noche de insomnio.
Por qué siguen sin abandonarme
los pensamientos encontrados.
Por qué si apenas puedo
escribir en la penumbra
brillan tan nítidos los destellos de pasado,
las chispas de recuerdo,
los rayos de ilusiones,

las luces lejanas con mirada propia:
tres pares de ojos verdes,
dos pares de ojos miel,
dos pares de ojos negros
y uno de ojos azules
iluminan mi alma cuando ella misma
como mi cuarto está oscura
por las palabras no dichas,
por el tiempo perdido,
por los abrazos olvidados,
por el ejército de suspiros
que quiere hacerme una de ellos.

Si no fuera por los ojos de mi gente,
Yo ya sería un suspiro.
Un suspiro permanente
de esos que vuelan a todos lados
y nunca tocan el presente.
De esos que se renuevan cada segundo,
que mueren y nacen con otro viaje
al mundo de los sueños,
al mundo del que los suspiros son dueños.
El Regalo

Me siento a pensar en tu regalo.
Un regalo no es una cosa.
Es un pedacito de alma que se entrega.
Es un antiguo recuerdo hecho sorpresa.
Es una tarde de risas
o una noche de confidencias
con envoltura de colores.
¿Qué más es un regalo que
compartir ilusiones?

Por eso, lo que está aquí no es un regalo.
Es algo que quiero darte.
El regalo lo encontré implícito en el aire.
Espero que esto te guste.
El regalo siempre ha sido tuyo.

Sunday, December 03, 2006


Podría decirse que las huellas en la arena se borran con la tormenta… Es lo más lógico y lo menos cierto. Las huellas en la arena son permanentes aunque no lo parezcan. No lo digo por la imagen física de la huella… A ella sí la borra el agua salada… Lo digo por las personas que han caminado por la playa, por las historias que se han nutrido de los atardeceres rojos, de los días soleados, de las noches de luna llena... Cada paso se vuelve parte de la playa. La complementa, la renueva, la modifica, la enriquece, le da vida, la acompaña de ahí hasta siempre. ¿Qué sería de la playa sin sus huellas?

Las vidas que se entrelazan con el murmullo de las olas de fondo, dejan de ser recuerdos para volverse castillos de arena. Sí, castillos de esos que todos construimos alguna vez con una bandera en la torre más alta, castillos de esos en los que todos escondimos nuestros sueños, castillos que protegimos con una muralla.... Tal vez el error está en que cuando crecimos y nos volvimos personas maduras, responsables, “hechas y derechas”, pensamos que nuestros castillos los había derrumbado el agua.. Pensamos, como es lógico, lo que vimos con los ojos de la razón. Nos dejamos engañar por esos ojos y cerramos los del alma, los que teníamos tan abiertos
cuando éramos niños dispuestos a descubrir el mundo sin prejuicios.
Si abrimos los ojos del alma, los castillos están siempre presentes, siempre poderosos después de la tormenta, siempre indestructible su muralla. Si abrimos los ojos del alma, las huellas en la arena son eternas.

Saturday, December 02, 2006

AMIGOS A FUEGO LENTO
¿Qué tesoro hay más grande
que un par de amigos sinceros?
¿Qué es más cercano al cielo
que cocinar con ellos?
¿Qué otro momento es
simplemente perfecto?
Mientras cada uno hace su parte,
oímos música,
picamos tomates,
hacemos el postre y conversamos,
reímos un poco y desocupamos los estantes.
Cada de detalle tiene una pizca de magia
al cocinar con amor que se contagia.
Cada bocado lo hemos sazonado nosotros:
una cucharadita de cada uno
y una taza de eso que nos une:
la dicha de estar con los otros.
Dejamos cocinar a fuego lento
nuestros sueños.
A fuego lento
el futuro al que lleguemos
o los problemas que enfrentamos.
A fuego lento
eso que somos y eso que algún día seremos.
Lo que ha de venir que venga.
Pase lo que pase.
Sople o no sople el viento.
Siempre podremos tener
una noche de amigos a fuego lento.