Adelanto de una serie de cachivaches
Aquí llamamos cachivache
a una cosa rota o amontonada por inútil
dice el diccionario despectivo
pero yo
confieso que he llegado a amar los cachivaches
hondamente
sin razón
y los he ido amontonando
y están rotos
y no sirven
¿pero acaso es inútil lo que no sirve?
estos versos
y mis recuerdos
y las palabras escritas en el viento
se amontonan con mis otros cachivaches:
una pluma de plata que me dieron hace años y no escribe
pero aún me duele un poco aunque lo niegue
una foto que le faltan las esquinas
y que andará refugiada al fondo de un cajón
pero aún me habla
aún me canta su nostalgia en un vaivén
y un atrapasueños que ya no atrapa nada
y un afiche arrugado de un paisaje de La Habana
y la primera hoja de otoño que ví caer
(la guardé maravillada en mi cuaderno
y la hice abanderada del silencio
de lo que se ahoga en las palabras agrietadas)
¿y a quién le sirven
las grietas de palabras o el silencio roto?
así me supe
fragmento desde siempre
me supe tinta y viento y cometa
(no ví venir la pluma ni la foto)
pero me supe rompecabezas
y colcha de retazos
por eso siempre vuelvo a los altillos
y los recorro de aquí para allá
buscando cachivaches para amar
y buscándome también entre las ruinas