De paso
I.
Vives con equipaje
arrastras tu maleta de aquí para allá
puedo oír
el crujido de las ruedas
deslizándose
sobre mi piso de madera
puedo intuir que te estás yendo
desde que cruzas el umbral de la entrada
y me saludas
anunciándote
y yo bajo las escaleras
a toda carrera
para recibirte
sabiendo que voy a tropezarme
del afán por verte
del afán porque te quedes
II.
No vas a quedarte
No guardas la ropa en el clóset
ni te quitas los zapatos
No me recibes el juego de llaves
No quieres conocer a los vecinos
ni recorrer el barrio
No vas a quedarte
Entras saliendo
dejas un pie afuera
por si acaso
no vaya a ser que empieces
a ponerte cómodo
III.
Ya no quiero tu maleta
ni tu ropa doblada
ni tu andar de viajero
ni tu eterno transitar
en la cocina
revolviendo mi despensa
Déjame comprar
mis ciruelas de siempre
y el cereal
del desayuno para uno
Llévate tus waffles
a otra parte
Ve a dormir a un hotel
y ya no desordenes mis libros
ni mis papeles
la poesía en el estante
de la izquierda
y todo lo demás por ahí regado
Yo entiendo mi caos
No vengas con tu falso orden
a acabarme
IV.
Quiero encontrar mis libros
cuando te vayas
Quiero tener mis versos
al alcance
para no extrañarte
o para tapar con ellos
las goteras que me dejes
antes de que venga
el aguacero
tendré que poner baldes en la casa
para reparar tus daños
V.
Tratando de no oír ya
tu silencio
oigo el golpe seco
de las gotas cayendo
y saco los baldes
rebosantes
de agua lluvia
tan pesados
los bajo sola
uno a uno
por las escaleras
que bajaba antes
para recibirte
y ya mi casa no es mi casa
VI.
Huele tanto a forastero
a silencio
a abandono
Huele tanto a soledad
que no puedo
disimular el vacío
ni llenando todos los floreros
con orquídeas frescas
VII.
Vete ya
No quieres estar en casa
Quieres ser un perpetuo pasajero
Sigue tu camino
y que pisen tus zapatos otra tierra
lejos de mi jardín
lejos de mis fronteras
VIII.
Vete ya
que yo también estoy
empacando todo en cajas
Ya llega la mudanza
Dejaste mi casa tan ajena
que debo irme ahora
a buscar otro rincón
otras paredes
otras escaleras
que no suenen como tú
otra despensa
donde no quepan tus waffles
otra biblioteca
donde no encaje tu orden
donde mis libros
no puedan recordarte
Vete ya
que ahora también
estoy de paso
vete pronto
para alcanzar a irme
y a llevarme todo
antes de que vuelvas
IX.
Por fin aprendí
que a los hombres errantes
es mejor dejarles
la casa vacía
No comments:
Post a Comment