Sunday, February 25, 2007


Ni santo, ni héroe, ni mártir




Debí haber sido un santo

en otra vida

para merecer tu luz

que me ilumina.


Debí haber sido muy buena

antes

para merecer que cada día

me levantes,

para merecer tu sonrisa

al despertarme.


Debí haber salvado a alguien

para merecer tu voz

cada mañana,

tus brazos que me abrazan,

tus manos que me cuidan,

tu ser que me acompaña,

tus ojos infinitos,

tus palabras sabias.


Debí haber sido un héroe

legendario.

Debí haber cuidado a todo un pueblo

para merecer lo que me cuidas,

la seguridad que irradias,

las historias que me cuentas,

las canciones que me cantas,

las cosas que me enseñas,

la forma en que me abrazas.


Debí haber sido un mártir

para merecer la vida

que me diste

y sobre todo,

la vida que me das,

que renuevas cada vez

que hablas,

que completas cuando me llamas.


Mi suplemento permanente

de vida

es que estés presente.

Cada día que soy tu hija

me hace estar más viva

que el anterior.

Con diez y siete años de tí,

ya no me cabe la vida en el corazón,

ya tengo muchos siglos por delante

y no hago otra cosa que adorarte.


Tú me das vida.

Tú eres mi ángel.


Ni santo, ni héroe, ni mártir,

es suficiente

para merecerte.

No hay nada que pueda haber hecho

para que sea justo

el privilegio de tenerte.

No me queda sino agradecerte

una y mil veces,

recordarte que te amo.

No me queda sino quererte, mamá.

No comments: