Thursday, February 08, 2007



Un café


Es posible suponer

dónde empieza un café.

Nadie puede saber

dónde termina.



Es posible inventarlo

por su olor,

imaginarse su sabor

dulce y amargo

pero nada se compara

con probarlo.

Nada se compara

con un sorbo de café

entre los labios.


Es posible pensar

tocar la taza con las manos,

recorrerla lentamente

como si fuera un abrazo.

Alargar lo más posible

ese momento mágico.


Lo más difícil de todo,

sin embargo,

es soñar un café

con alguien que quiero y me quiere.


Pensar que empieza aquí.

En esta mesa.

Frente a frente.

Y termina...

Quién sabe.

En un suspiro,

en otro mundo,

en el lado opuesto del abismo.


Este café hay que probarlo.

Reírlo o llorarlo.

Prolongarlo.

Sentirlo atravesar el cuerpo.

Un café con un amigo

hay que conversarlo.


3 comments:

Anonymous said...

Mari,

Nunca vamos a dejar de tomar café... a menos, claro esta, que prefieras tomartelo con un joven, no tan joven, que esta lejos de ti, y a la vez, no tan lejos.
-majo (aunque ya sabías q era yo, por mi mente pulcra)

Juliana said...

mmm... enigmático

Anonymous said...

Marí,
Cuando te escribí el último comentario de este poema no sabía todo lo que pasaría, no sabía lo equivocada que estaba.
Todavía no puedo creer lo que pasó ayer. Y sobretodo, no puedo creer lo que va a dejar de ser, de pasar, de ahora en adelante. Primero fue mi culpa, pero ya no lo es. Hoy no es culpa de nadie, pero no quiere decir que tenga solución. Tú misma me dijiste ayer que nada es para siempre. Tal vez tengas razón.
No sabes cuanto siento que todo haya acabado. Pero sé que estás muy bien y que tienes mucha gente para ir a tomar café. Siento en el alma todo lo que te pude haber causado. Se que te va ir muy bien en la vida. Te tengo mucha fé. Gracias por todo Mari, ahora entiendo lo que quiere decir que a uno los amigos se lo inventan. Me enseñaste muchas cosas. Pero bueno, en fin, ya no puedo más.
Adiós Mari.